Casar de Caceres

23/11/13

“Ley de la patada en los huevos a la democracia”.

El Gobierno del Partido Popular pretende aprobar una Ley de Seguridad Ciudadana que por lo conocido a través de los medios de comunicación, dejará pequeña la calificación de “patada en la puerta” que tuvo la Ley promovida por José Luis Corcuera. Por lo conocido, la Ley que ahora impulsa el opusdeísta Martínez Martínez tendrá que ser denominada “ley de la patada en los huevos a la democracia”. O en los ovarios, a elegir. Así, sin más.
 También, a través de los medios de comunicación, los diputados de la oposición se quejan de que se trata de una ley represora, con algún diputado bien hablado que habla de “patada en la boca”. Políticamente correctos pero sin sangre. Todos.
 Lo más grave de todo lo que he ido viendo y leyendo no son las barbaridades que se pretenden incluir en la ley, en una ley claramente fascista, sino que los grupos de la oposición, sobre todo los de la izquierda ya anuncian recursos al Tribunal Constitucional. ¿Por qué recurrirla?
 Lo más grave es que los partidos de la oposición, especialmente los de izquierda, se avengan a tramitar semejante catálogo de latrocinios contra los derechos fundamentales.
 ¿Qué pasaría si, el mismo día en que tenga entrada en el registro del Congreso el Proyecto de la Ley de la Patada en los Huevos a la Democracia, todos los diputados de la oposición contrarios a apalizar, encarcelar, sangrar a los ciudadanos, presentan su renuncia al acta de diputado y los partidos, todos, acuerdan formalmente que ninguno de los demás miembros de sus listas accederán a esa condición de diputados?
Esta Ley, que parece estar inspirada en las cosas que más le gustaban a los ministros de la Gobernación del generalito, nunca debería, siquiera, comenzar a tramitarse. El ministro opusdeísta del Interior, Martínez Díaz, parece que, como Oreja Grande, añora los tiempos de extraordinaria placidez del franquismo, y algún asesor le ha dicho que puede suspender cuando quiera los fueros de los españoles y que con la ley de vagos y maleantes puede hacer caja.
Que todos los partidos de la oposición, todos, fueran capaces de acordar que, antes que asistir a la aprobación por la mayoría absoluta del PP un engendro fascista como el que pretende el ministro del Interior Martínez Diaz, es mejor, más sano democráticamente, dejar el acta en el escaño, dejar de ser diputado, salir a la calle y ponerse del lado de los ciudadanos a los que se les quiere poner una mordaza.
 Vale.

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